Te voy a contar una historia real que sucedió hace unos días:
Pareja joven, padres de una niña de 5 años, deciden darle un hermanito a su hija.
Finalmente, viven ese momento de explosión de alegría cuando descubren que ya hay otra vida queriendo formar parte de las suyas.
Al principio lo vivieron con algo de miedo. El que tenemos todos cuando el futuro hijo es todavía un garbancito y no sabemos si el tema saldrá adelante o no.
Entonces, fueron cautelosos, esperaron los 3 meses de protocolo que la mayoría de las mamás esperan antes de difundir la maravillosa noticia al mundo, por temor a que no saliera bien y luego tener que dar dolorosas explicaciones.
Pasando esta barrera temporal, era hora de publicar a los 4 vientos la alegría que estaban experimentando. Y así, compartieron su felicidad con amigos y conocidos.
¿Y qué mejor lugar para hacerlo que un comentario, con foto incluida, en el muro de tu perfil de Facebook?
Y eso hicieron. Se podía ver que estaban rebosantes de alegría. Y también se la trasmitieron a todos sus amigos. La noticia de una nueva vida, un nuevo miembro de una familia es siempre motivo de felicidad también para quienes les rodean.
Llovieron las felicitaciones, los buenos deseos, la enhorabuena…
A esta noticia en forma de comentario le siguieron publicaciones y más publicaciones de fotos donde se veía claramente la evidencia de ese embarazo.
Y qué bonito es acompañar el embarazo de alguien a través de imágenes, ¿verdad? Ver como en cada foto la barriga va tomando protagonismo…
¿O solo me pasa a mí? Vale… ¡Lo confieso! Me encantan las embarazadas. Para mí, no hay complemento que le siente mejor a una mujer que una barriga de embarazada.
Pero su felicidad duró poco. 2 meses después vivirían una de las peores experiencias de sus vidas: tuvieron que despedirse de ese bebé tan deseado, incluso antes de conocerlo. Un síndrome incompatible con la vida acababa de destrozar a esa familia.
Triste, muy triste…
Unos padre nunca deberían sobrevivir a la muerte de un hijo. Y no importa si ese hijo era un adulto, un niño o un feto, independientemente de la edad gestacional.
Así como compartían su alegría con todos, compartieron su tremenda tristeza.
Creo que aún con todo el don de la empatía del mundo, nadie es capaz de imaginar el sufrimiento que deben pasar unos padres cuando pierden a un hijo. Tienes que vivirlo. Es necesario sufrirlo en la propia piel.
¿Cómo afrontar esa despedida? Un ser tan deseado y ya muy querido incluso antes de formar parte del mundo exterior. Y a todo esto, sumemos la ropa y los objetos comprados especialmente para él/ella, el nombre elegido, las ecografías, la sensación de los movimientos y patadas llenas de energía… Son muchos los recuerdos.
Esta familia inevitablemente tendrá que pasar por el duelo correspondiente hasta llegar a la aceptación, experimentando sentimientos de injusticia, ira y pena.
Muy triste.
¿Y dónde quiero llegar con esta historia?
Pues precisamente a los comentarios de los amigos sobre la fatídica noticia. Absolutamente todos bien intencionados, pero no todos acertados.
Veamos entonces:
6 frases que nadie debe decir a una mujer que acaba de abortar:
1. Mejor ahora que después.
Por esa regla de 3, mejor aún sería nunca, ¿verdad? Así que no hagamos comparaciones con tiempos futuros. Es una pérdida y punto. Y las pérdidas son siempre horribles.
2. Dios sabe lo que hace.
No culpemos a Dios.
Y hay más: ¿sabes si ella cree en lo mismo que tú? Al fin y al cabo son creencias religiosas y no todo el mundo tiene por qué tener las mismas que tú. O incluso, esta madre puede ser agnóstica o atea y ese comentario estaría completamente fuera de lugar.
3. Las cosas pasan por algo.
¿Por algo? ¿Qué es ese algo? Por favor, esa frase me parece hasta ofensiva. Creo que si me lo dijeran en las mismas circunstancias, preguntaría abiertamente “para qué ha pasado, entonces”, solo para ver la respuesta.
4. No te preocupes que pronto volverás a quedar embarazada.
¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Ella no perdió a cualquier bebé. Perdió a ese bebé en concreto. Ese que nunca se repetirá porque es único e insustituible. El tiempo que tarde en volver a quedar embarazada no traerá de vuelta a ese hijo.
5. Eres joven, aún puedes tener más.
Nuevamente, minimizando o incluso diría destrozando la importancia del hecho.
Incluso si tiene 10 hijos más en el futuro, ese se ha ido para siempre y el dolor no disminuye, solo aprendes a vivir con él.
6. Al menos ya tienes un hijo/a, céntrate en él/ella.
Entiendo que le recomienden que se centre en su hija para tratar de distraer sus sentimientos de tristeza, pero este desafortunado consuelo es, cuanto menos, lamentable.
Y quien dice estas frases, dice cualquier otra parecida o que viene a significar lo mismo.
Seamos cautelosos. Si no estás seguro de lo que debes decir para que esta mujer se sienta mejor, entonces sería acertado no decir nada en absoluto. Un simple abrazo o ese apretón en el brazo dice mucho. Y si no tienes la oportunidad de estar con ella en persona, envíale un simple “lo siento”.
A veces menos es más.